Present Truth Magazine http://www.presenttruthmag.com El Patrón de la Historia de la Redención 3 Cristo: Significado de la Historia Antiguotestamentaria El ritmo repetitivo de la historia antiguotestamentaria se perfecciona en el evento mesiánico. El Antiguo Testamento se torna claro a la luz de la muerte y resurrección de Cristo. Se ven los grandes actos en la historia antiguotestamentaria como un simbolismo de Cristo Jesús. El simbolismo no es alegórico. Los eventos del Antiguo Testamento fueron eventos reales. Llevaban un significado histórico para su tiempo. Lo que se dice de ellos puede entenderese mediante una investigación gramático-histórica. Mas fue una mano divina la que arregló el patrón de los eventos por causa de Cristo Jesús. Debemos precavernos de empujar el simbolismo hasta un extremo imaginativo. Con todo, nos hallamos en terreno sólido cuando seguimos a donde nos guía el Nuevo Testamento. Generalmente, los apóstoles no siguieron el método del texto de prueba en su testimonio de Jesús como Mesías prometido. Ellos presentaron el relato de la vida, muerte y resurrección de Jesús para que su correspondencia con la historia antiguotestamentaria fuera evidente a cualquiera que estuviera familiarizado con esa historia. Debemos sumergirnos por nosotros mismos en el Antiguo Testamento, si es que queremos comprender la fuerza de lo que los apóstoles dicen de Cristo. Dado que la creación y el éxodo son los dos eventos mayores del Antiguo Testamento, veremos cómo se recapitulan en el evento mesiánico. Cristo,la Recapituslcion de la Creacion La idea de que Dios recapitularía la creación no es nueva para los escritores del Nuevo Testamento. Esta fue la esperanza expresada por los profetas del Antiguo Testamento. Isaías declaró que Dios actuaría para crear un cielo nuevo y una tierra nueva (Is. 65:17). Daniel 7 recapitula a Génesis 1: 1. Los cuatro vientos soplan sobre la mar (Dn. 7:2). 2Cuatro bestias salen de la mar (Dn. 7:3). 3. El Hijo del hombre comparece ante Dios (Dn. 7:13). 4. Este Hombre recibe el dominio sobre las bestias y sobre todo el orden creado (Dn. 7:14, 27). Los rabinos creyeron que el "Hijo del hombre" de la visión de Daniel representaba al Mesías o Libertador venidero. Los apóstoles mostraron que esta expectativa se cumplió en Cristo Jesús. En una serie de formas sorprendentes, el Nuevo Testamento evoca a la creación Juan comienza su Evangelio con palabras que recuerdan a Génesis 1:1; "En el principio era el Verbo" (Jn. 1:1). El mismo Verbo que trajo el mundo a la existencia se encarnó en Cristo Jesús (Jn. 1:1-14). El ángel respondió a Maria: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios" (Luc. 1:35). Esto corresponde a Génesis 1:2; " ... el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas". Jesús es la nueva creación de Dios (Efe. 4:24; Col. 3:10). La humanidad de Cristo es la nueva creación del Espíritu Santo. Este Hombre es también el nuevo Adán de la nueva creación de Dios (Rom. 5:12-19; 1 Cor. 15:45). Pablo dice que el primer Adán era figura de Jesucristo (Rom. 5:14). Comentando en cuanto a esto, Irineo, antiguo padre de la iglesia, dice: Por consiguiente, Adán fue declarado por Pablo como el tÚ7t04 tof ~xéXXovtoq [tupos tou mellon tos] [La figura del que había de venir], porque el Verbo, que hizo todas las cosas, había formado de antemano para sí mismo la Economía de la humanidad, que había de concentrarse en el Hijo de Dios; predestinando Dios al hombre natural para ser salvo mediante el hombre espiritual.' Como nuevo Adán, Cristo es la imagen de Dios (2 Cor. 4:4; Col. 1:1; Heb. 1:3; compárese con Gén. 1:27). El es el Hombre ideal, el único especimen de humanidad verdadera que es todo cuanto Dios designó que fuera el hombre. El es el hombre con quien Dios está bien satisfecho (Mt. 3:17). El hombre es hombre sólo cuando se encuentra en una correcta relación con Dios, con otros y con el mundo. En el Nuevo Testamento, Jesús es presentado como el hombre ideal; porque está en una relación deal con Dios (en perfecta sujeción), con otros (en servicio de amor-Mar. 10:45; Hech. 10:38; Fil. 2:5-7) y con el mundo (ejerciendo dominio sobre él-Heb. 2:6-9). Vemos que el dominio que Adán tenía "en los peces de la mar... y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra" (Gn. 1:28) fue puesto en vigor por el nuevo Adán. Los pescadores que se convirtieron en sus discípulos reconocieron que Jesús tenía autoridad sobre los peces de la mar. A su orden cogieron tantos peces que ni sus redes ni sus barcos podían sostenerlos-y esto después que el tiempo natural para la buena pesca se había esfumado con la noche. En obediencia a la palabra de Jesús, Pedro sacó una moneda de la boca de un pez. Jesús cabalgó, entrando en Jerusalém sobre un pollino de asno sin domesticar. Sin embargo, el animal estuvo totalmente sumiso a él. ¡Cuán lleno de significado está el acto de Cristo reprender a la mar cuando lo contemplamos en la luz de las aguas del Antiguo Testamento!Como el verdadero Adán, Cristo es Señor-Señor sobre toda la creación, sobre la enfermedad, los demonios y aún sobre la misma muerte. El es el Hijo del hombre de Daniel, que recibe toda autoridad y dominio del Padre (Dan. 7:13, 14; Mat. 28:18). Cristo es también el nuevo Adán, puesto a muerte para que de su costado herido venga la iglesia a la existencia. Por esto es que Pablo compara a la iglesia con Eva (2 Cor. 11:2, 3), quien fue tomada del costado de Adán. En resumen, podemos decir que Cristo Jesús recapitula la creación y a Adán. El se convierte en todo lo que Adán debía haber sido. Como la realidad del Adán simbólico, supera al Adán primero. Pasa por el terreno que Adán pisó. No sólo hace lo que Adán debió haber hecho como socio del pacto, sino que deshace los resultados funestos de la violación del pacto cometida por Adán. La tierra fue maldita por el pecado de Adán y produjo espinas; y la humanidad quedó bajo la maldición de muerte (Gén. 3:18, 19). Pero la nueva Cabeza de la raza lleva la corona de espinas y prueba la muerte por todos los hombres. El primer Adán nos dejó una herencia de condenación y muerte. El segundo Adán nos deja un legado de justificación y vida eterna (Rom. 5:17-19). Cristo: La Recapitulación del Exodo Israel no sólo conmemoraba el éxodo, sino que miraba al futuro, esperando la recapitulación del evento al final de las generaciones. El Antiguo Testamento es un libro inconcluso, porque el verdadero éxodo estaba aún por venir. El Viejo Testamento es una promesa. Espera cumplimiento. Moisés había dicho que Dios levantaría un profeta como él (Deut. 18:15). Glasson demuestra que los rabinos del siglo primero esperaban la aparición de un nuevo Moisés, otro libertador que recapitularía el éxodo.2 Ellos se preguntaban cómo alimentaría el nuevo Moisés con maná al pueblo y cómo llevaría a cabo lo que fue hecho bajo la administración del primer Moisés. El Nuevo Testamento nos dice que cuando aparecieron Juan el Bautista y Jesús, todos los hombres estaban en expectativa (Luc. 3:15). Al presentar a Jesús como el Mesías, los apóstoles nos muestran que el simbolismo del éxodo se acumula en su vida, muerte y resurrección. Se dice más del evento mesiánico en términos del nuevo éxodo que en términos de la nueva creación. Las figuras del éxodo son tan ampliamente usadas en el Nuevo Testamento que ameritan un libro por si solas.~ Aquí trazaremos solamente algunos puntos culminantes.Jesús es el Nuevo Israel. Los apóstoles mostraron la maravillosa correspondencia entre Cristo e Israel, no mediante una serie de textos de prueba, sino entretejiendo un patrón del evento de Cristo. El libro de Mateo es un ejemplo de esto. Mateo nos presenta una reproducción del éxodo israelita de Egipto. 1. Jesús es el primogénito de María-y de Dios (Mat. 1:25; compárese con Col. 1:15). 2. Jesús es sacado de Egipto (Mat. 2:15). 3. Pasa por las aguas-en su bautismo (Mat. 3:14, 15). 4. Es llevado al desierto y probado durante cuarenta días y cuarenta noches. Al resistir las tres tentaciones de Satán, Jesús cita, de hecho, tres escrituras encontradas en el contexto de la prueba de Israel en el desierto (Mat. 4:4, 7, 10; compárese con Deut. 8:3; 6:16, 13). 5. Los capítulos finales de Mateo describen el segundo bautismo de Jesús en sufrimiento y sangre y su entrada a la gloria de la Canaán celestial. Por lo tanto, Jesús es el Nuevo Israel de la nueva historia pactal. Como el nuevo Israel, pasa sobre el mismo terreno que el antiguo Israel. Mientras que aquél murmuró contra Dios, quebrantó el pacto y falló miserablemente, éste confió en Dios, guardó el pacto y triunfó gloriosamente. El hizo lo que Israel debía haber hecho, y deshizo los resultados de su fracaso. Cuando la nación de Israel violó las estipulaciones del pacto, quedó desnuda ante las maldiciones del pacto. Encontramos las maldiciones a manos llenas en Levítico y Deuteronomio 28-30. Estas amenazas terribles pueden parecer de primera intención fuera de proporción con los pecados cometidos. Pero el pecado, siendo una brecha abierta en el pacto, es una afrenta al Dios del pacto. Es un insulto para su majestad infinita. Los profetas invocaron las maldiciones del pacto contra un Israel desobediente. Las maldiciones incluían el hambre y la sed (Deut. 28:48; Isa. 65:13>, la desolación (Isa. 5:6; Sof. 1:15), la pobreza (Deut. 28:31), la burla de los que pasan por el lado (Jer. 19:8), las tinieblas (Isa. 13:10; Amós 5:18-20), los terremotos (Isa. 13:13; Amós 1:1), ser "cortado" del pueblo (Exo. 12:15, 19; 31:14; Lev. 7:25; Jer. 44:7-11), la muerte colgando de un árbol (Deut. 21:23), un cielo de metal (Deut. 28:23) y ninguna ayuda cuando uno dama por ella (Deut. 28:31; Isa. 10:3). Cristo debía cumplir las estipulaciones del pacto sinaitico. Debía llevar también las terribles maldiciones pronunciadas en los documentos del pacto. Por esta razón tuvo hambre (Mat. 4:2; 21;18). Fue tan pobre que no tenía dónde recostar su cabeza (Mat. 8:20). Sobre la cruz clamó "¡Sed tengo!" (Juan 19:28). Fue burlado y escarnecido (Mar. 26:69-75). Fue colgado de un madero como hombre maldito (Gál. 3:13) y "cortado" de su pueblo (Isa. 53:8). Mientras colgaba de la cruz, los cielos fueron como de bronce. Fue él uno que dama por ayuda para no recibir ninguna (Mar. 15:34). Murió como el gran violador del pacto, y soportó la furia total de todas las maldiciones del pacto. El alcance cósmico de estas maldiciones está registrado en Mateo. Tinieblas descendieron sobre la tierra (Mat. 27:45). La tierra tembló y las rocas se hendieron (Mat. 27:51) mientras Cristo llevaba los pecados del pacto quebrantado. Pero al morir, Jesús se llevó consigo las maldiciones del pacto. Jesús es el Nuevo Moisés. Jesús no sólo es el Nuevo Israel del nuevo exodo. Es también el Nuevo Moisés.4 1. En el Nuevo Testamento, se usa la profecía de Deuteronomio 18:í5"profeta.como yo", aplicándose a Jesús (Hech. 3:22, 23; 7:37). 2. Jesús también fue escondido de la ira del rey cruel que mató a los niños. Además, Jesús volvió a su tierra después que murió el que procuraba su muerte (Ex. 4:19; Mat. 2:20, 21). 3. Tanto Moisés como Jesús no fueron reconocidos por su propio pueblo, como elegidos de Dios (Hech. 7:27). El pueblo trató de apedrearlos a ambos (Exo. 17:4; Núm. 14:10; Juan 10:31-33; 11:8). 4. Aquella comunión íntima con Dios, disfrutada por Moisés, fue superada por Cristo (Exo. 33:20; Juan 1:17, 18). 5. El "Sermón del Monte" de Jesús nos recuerda otro legislador y otro monte (Exo. 19; Mat. 5). 6. Jesús designó setenta ancianos tal como lo hiciera Moisés (Núm. 11:16; Luc. 10:1). 7. Tanto Moisés como Jesús ayunaron cuarenta días antes de dar la ley al pueblo. 8. Ambos fueron glorificados en un monte. 9. Jesús alimentó a la multitud en un lugar desierto. Eso nos recuerda el pueblo de Moisés y el pan del cielo (Juan 6). 10. Jesús dijo ser el agua de vida. Esta declaración fue hecha en ocasión de la Fiesta de los Tabernáculos, cuando el pueblo celebraba el evento del agua que salía de la roca herida (Juan 7:37-39). 11. Jesús se declaró como la luz del mundo, mientras el pueblo celebraba el evento del pilar de fuego que condujo a Israel a través del desierto (Juan 8:12). 12. Nuestro Señor dijo a Nicodemo: "Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado" (Juan 3:14). 13. El discurso final de Jesús dado a sus discípulos, presenta un paralelo sorprendente con el discurso de despedida de Moisés registrado en Deuteronomio. Algunas de las palabras de partida de Jesús son citas directas de Deuteronomio. Por supuesto, Jesús no sólo recapitula a Moisés, sino que Jesús supera a Moisés. Esta es una verdad enseñada en los símbolos y realidades bíblicas. Por tal razón, Juan el evangelista no sólo establece paralelos entre Cristo y Moisés, sino que los compara y muestra la superioridad de Jesús (Juan 1:17). Esto revela un importante argumento que Juan presenta. Los judíos habían concedido a Moisés, cual estaba representado en la ley-o el Tora -un lugar absoluto. Los rabinos enseñaban que el Tora era el logos-la sabiduría o palabra divina (compárese con Prov. 8). También decían que el Tora era el pan, el agua y la luz que conduce a la vida de la tierra venidera. Juan niega estas presunciones populares. Declara que este Logos, este pan, esta agua y luz de vida eterna están incorporados en la segunda Persona de la Deidad, encarnada en Jesús de Nazaret. Nosotros también debemos recordar que las Escrituras son sólo un testigo de Jesucristo. Un concepto elevado de la inspiración escritural no es una garantía de vida (Juan 5:39). La creencia en una Biblia infalible no es la prueba de la fe evangélica. Jesús es el Nuevo Templo. Todo el sacerdocio levítico y ritual del templo se suman en Jesús. El es el nuevo Adán. Y así como supera a Moisés, supera a Aarón también. El es un Sacerdote según el mejor orden de Melquisedec (Heb. 7). Es también el nuevo Templo cuya gloria excede a la del primero (Hag. 2:9; Juan 1:14). El es el Templo, restaurado, el Templo reconstruido tras la destrucción traída por el rey de Babilonia (Dan. 8:14; Zac 6:13; Juan 2:19-21). En pocas palabras, Jesucristo es el Evento del Nuevo Exodo. En el Monte de la Transfiguración aparecieron Moisés y Elías "en majestad y hablaban de su salida, la cual había de cumplir en Jerusalén" (Luc. 9:3 1). La palabra griega para "salida" es exodon. ¡Cuán propio fue que el Moisés del primer éxodo estuviera conversando con Cristo justamente antes de que se efectuara el gran éxodo de los siglos mediante la muerte y resurrección de Jesús! El escritor de Hebreos interpreta la resurrección de Jesús como una repetición de la salida de Moisés del Mar Rojo. Eso queda claro cuando comparamos a Isaías 63:11 con Hebreos 13:20: Empero acordóse de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir de la mar con el pastor de su rebaño -Isa. 63:11. Y el Dios de paz que sacó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas .. .-Heb. 13:20. Conclusión En los grandes actos de Dios en el Antiguo Testamento, existe un patrón repetitivo de eventos. Esta historia que se recapitula se mueve hacia adelante y alcanza su resumen y perfección en Jesucristo. Los eventos del Antiguo Testamento existen por causa de Jesucristo. Estos lo reflejan y, por consiguiente, hallan en él su verdadero significado. Cristo es el significado de la historia del Antiguo Testamento. El es el gran acto de creación y redención de Dios. Hemos visto que el Antiguo Testamento es una historia de cautividad y restauración. El hombre peca y es arrojado al cautiverio por el Dios del pacto. Dios echó a su pueblo de su presencia en el exilio babilónico. Pero luego lo volvió a recoger misericordiosamente. Esto fue como un juicio de muerte y resurrección. Bien pudo escribir Oseas: Venid y volvámonos a Jehová: que él arrebató, y nos curará; hirió y nos vendará. Darános vida después de dos días; al tercer día nos resucitará y viviremos delante de él.- Oseas 6:1, 2. Esta y otras escrituras del Antiguo Testamento reflejan la muerte y resurrección de Cristo. En su muerte, él fue Adán e Israel, echado de la presencia de Dios como el gran violador del pacto. En su resurrección, fue el Adán (la humanidad) y el Israel restaurado al favor de Dios como el gran Restaurador del pacto. Dios perdonó a Adán (la humanidad) y a Israel, remitiendo el castigo total del pecado, porque detrás de toda esta historia del pacto se levantaba la Seguridad y Mediador del pacto. Los juicios que cayeron sobre Adán e Israel fueron atenuados con misericordia; porque, "llegado el cumplí la Historia de la miento del tiempo", Jesucristo saldaría totalmente la deuda. Siendo Jesucristo la historia recapitulada del Antiguo Testamento, es también la historia del Antiguo Testamento re-escrita. Hay dos historias humanas: la historia del viejo pacto y la historia del nuevo. La historia del viejo pacto es una historia de continuo fracaso en Adán e Israel. Esta historia queda bajo el juicio de Dios. Sin embargo, Dios re-escribió esta historia de fracasos, mediante Jesucristo. Ahora es una historia gloriosa, triunfante y santa. Dios enterró, mediante su muerte, la vieja historia -nuestra historia. Y mediante su resurrección, trae a la luz para nosotros una nueva historia santa. Este es el don de su justicia para ser aceptado por la fe sola. He aquí una historia-una justicia-con la cual Dios está satisfecho. Cuando la iglesia esté satisfecha con esta santa historia y se apoye en ella como su única justicia delante de Dios; cuando deje de imaginarse que debe escribir una nueva historia santa para su justificación, entonces se cantará este cántico: Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria porque... su esposa se ha aparejado.-Apoc. 19:7. 1. citado por G. W. H. Lampe y K. J. Woollcombe en su libro Essays on Typology, pág. 49. 2. Francis Glasson, Moses mn the Fourth Gospel. 3. véase el libro de David Daube, The Exodus Pottern in the Bible si interesa estudiar un excelente tratado acerca del patrón del éxodo. 4. Para un estudio de la relación de Moisés y Jesús, véase el libro de Glasson, Mases in the Fourth Gospel. Este autor nos provee un trato detallado de este asunto. Significado de la Historia Antiguotestamentaria 33