Present Truth Magazine http://www.presenttruthmag.com El Zarandeo Del Adventismo 5 Frente a un Comienzo Favorable: Los Años 50 1 Alrededor del mismo comienzo del período contemporáneo se presentó nuevamente entre algunos líderes influyentes del adventismo el sentimiento de que no todo andaba bien con el movimiento "remanente" que había sido llamado por Dios para adelantar la Reforma detenida del siglo dieciséis. El "fuerte pregón" no había sido dado. El Señor no había venido. En este respecto el tiempo al cual nos referimos fue análogo al período previo a 1888, cuando Elena G. de White llamó la atención hacia el estado laodicense del movimiento. Ernesto D. Dick nos da un interesante diagnóstico del problema en la publicación Aflame for God (Encendidos para Dios).2 El escribe sobre el tópico "El corazón de nuestro mensaje".3 Dice Dick: "La justicia por la fe [es] el corazón del mensaje [adventista]" y señala que éste fue el asunto básico en la Refor ma Protestante y en la sesión de la Conferencia General en Minneápolis en 1888.~ Sin embargo, Dick dice que desde 1844 hasta 1888 la Iglesia Adventista no había experimentado una predicación Cristo-céntrica y que, por consiguiente, había caído presa del legalismo y de un bajo tono espiritual.5 Dick cita a la Sra. White quien dijo que "la doctrina de la justificación por la fe ha sido perdida de vista por muchos que profesaron creer en el mensaje del tercer ángel".6 Pero, ¿qué del tiempo que sigue hasta 1950? Dick dice: "Aún no hemos echado mano de aquel importante mensaje de la asamblea de Minneápolis en 1888 como Dios quería que lo hiciéramos ~ La iglesia permanecía aún en el estado de Laodicea. Roy A. Anderson insistió en que la respuesta al dilema yacía en una "predicación Cristo-céntrica", y añadió a su alegación mucho apoyo de los escritos de la Sra. White para mostrar que Jesús debía ser el centro de toda doctrina-hecho que, como Dick apuntó, gran parte de la predicación y enseñanza adventistas tradicionales no habían honrado hasta el grado que debían hacerlo. Los ministros del evangelio deberían estar "encendidos para Dios". A este énfasis se le dio expresión en estudios de conferencias adventistas del séptimo día tanto en los Estados Unidos como en Australia. Se creía que esta predicación Cristo-céntrica era lo que le faltaba a la iglesia. Tal predicación la reavivaría y rescataría del "estado de pobreza y desnudez" en que ella se encontraba en su mayoría. Roberto J. Wieland regresó desde su puesto en Africa y se encontró con el énfasis de la predicación Cristo-céntrica y su entusiasmo acompañante. Pero no quedó impresionado. En lo que a él concernía la iglesia estaba en confusión-una confusión que se expresaba a sí misma en el fracaso de no distinguir la diferencia que existe entre predicar a Cristo y predicar al anticristo. Para Wieland este "nuevo" énfasis no era menos que el método de los "babilonios" (es decir, las denominaciones pro testantes evangélicas).8 -Todo esto fue expresado por el Sr. Wieland en una carta dirigida a la Asociación General de la Iglesia. Naturalmente, los líderes quedaron aturdidos por tal sugerencia. Wieland añadió a su carta una monografía preparada en colaboración con D. K. Short; 1888 Re-examined (1888 Re-examinado), la cual presentaron a los oficiales de la Asociación General como un manuscrito privado. Sin embargo, el hecho es que se infiltró hasta la más amplia matrícula de los adventistas y causó no pequeña agitación. El material era explosivo. Losautores ganaron acceso a hechos concernientes a 1888 que todavía no habían llegado a los oídos de los adventistas. Como quedó señalado en el apéndice A, de A Warning and /ts Reception, el manuscrito provocó respuestas formales de parte de la Asociación General de la Iglesia. Aquí, en 1888 Re-examined, estaba la afirmación de que el problema con la iglesia era su rechazo del mensaje del Señor en 1888. Se la llamaba a una confesión colectiva de su culpa. A la vez que el tema de la "predicación Cristo-céntrica" se pudo haber convertido, para muchos, en nada más que una frase estereotipada, parece que L. E. Froom y R. A. Anderson se sintieron constreñidos a darle alguna sustancia al asunto. Siendo un historiador, el Dr. Froom llegó a convencerse de que al Movimiento Adventista, previo a 1888, le faltó verdadera catolicidad. Veía a 1888 como un intento por lograr que la iglesia quedara establecida sobre lo que él llamó las "verdades eternas" (la trinidad, la deidad de Cristo, la humanidad de Cristo y la expiación). Froom vio a 1888 como un avance en el sentido de que purificó al movimiento del anti-trinitarianismo y del arrianismo. Pero también vio que la oposición del conservadurismo adventista impidió una restauración de todas las "verdades eternas Froom pensaba que era tiempo de que el adventismo se moviera de nuevo hacia adelante mediante una confesión incontenible de la naturaleza humana impecable de Cristo y de una expiación consumada. Es importantd notar que el énfasis de Froom respecto a la relevancia de 1888 fue en torno a la catolicidad y no en torno a la justificación por la fe. De modo que, el primer evento de gran importancia en el período contemporáneo fue un enfoque en la catolicidad. Para este tiempo de fermento renovado, en torno a toda la cuestión de 1888, dos eruditos evangélicos se abrieron paso hasta los líderes adventistas para clarificar sus pensamientos respecto al estado actual del adventismo (¿era el adventismo un culto o una iglesia evangélica? ). Donald Grey Barnhouse y Walter Martin fueron calurosamente recibidos en la sede de la Asociación General. Los puntos de mayor preocupación para Barnhouse y Martin eran: (1) La naturaleza humana de Cristo, (2) la expiación, (3) el concepto de lo que es "Babilonia" y (4) la idea del "remanente". Después de la discusión, Barnhouse y Martin quedaron sorprendidos y un tanto impresionados por las contestaciones que recibieron en estos aspectos de teología. Froom y Anderson negaron que el adventismo había enseñado fundamentalmente ninguna de estas dos cosas: ni la naturaleza pecaminosa en Cristo, ni que la expiación no hubiera sido completada en la cruz. Froom dijo que tales desviaciones pertenecían a lo que él llamaba el "extremo lunático" de la iglesia.9 Tan sólo había que notar las muchas declaraciones de la Sra. White respecto de la naturaleza impecable de Cristo y de su expiación en la cruz. Así que, Barnhouse y Martin estuvieron satisfechos de que al Movimiento Adventista se lo reconociera como una denominación evangélica a pesar de sus rasgos heterodoxos (por ejemplo, la no inmortalidad del alma). Aquello fue un encuentro histórico para el adventismo. No había habido una reunión como esta desde el comienzo del movimiento. Los líderes de la iglesia publicaron (y, de hecho, aparentemente los autores fueron L. E. Froom, R. A. Anderson y W. E. Read> el histórico volumen Seventh-day Adventists Answer Questíons on Doctrine (Los adventistas del séptimo día contestan preguntas doctrinales).10 Walter Martin publicó un libro llamado The TruthAboutSeventh-dayAdventism (La verdad respecto del adventismo del séptimo día). Esta reunión histórica y la publicación de Questionson Doctrine obtuvieron una recepción mixta entre los adventistas. Algunos recibieron el giro de los eventos como la vindicación final del movimiento como denominación legítimamente evangélica, mientras que otros (por ejemplo, M. L. Andreasen) la vieron como "echar río abajo al movimiento".11 En la obra Witnessing a Metamorphosis (Presenciando una metamorfosis),12 A. L. Hudson veía a la Iglesia Adventista pasando por una metamorfosis desde el estado de culto hasta el estado evangélico reconocido y obviamente él no estaba feliz con la nueva fraternidad. Un examen de la revista Christianity Toda y (El cristianismo de hoy) en las ediciones de aquel tiempo mostrará que los adventistas no fueron los únicos que estuvieron divididos sobre la po -sición del adventismo yel significado de la reunión de Barnhouse y Martin con los líderes de la Asociación General.13 El libro Quest¡ons on Doctrine fue, respecto de lo que Froom llamó las "verdades eternas", un giro notable en dirección de la Reforma.14 Se llevó a cabo un avance definitivo en los temas de la encarnación y de la expiación. En este aspecto el libro sobre-pasó en un rasgo importante al reavivamiento de 1888.15 Este hecho da a la era contemporánea una superioridad notable por encima de los dos períodos previos que ya hemos visto. Sin embargo, la importancia de Questions on Doctrine es menor cuando llegamos a la pregunta de si hubo o no adelanto en cuanto a la articulación de la justificación por la fe según se expresó en los dos períodos previos. En el referido volumen no hay un avance significativo en la soteriolog,'a (doctrina de la salvación) ni particularmente en la gracia.)6 El libro subordina la justificación a la santificación y adopta lo que Niebuhr denominó como "el punto de vista agustiniano de la gracia". Que uno es justificado no por la obediencia a la ley, sino por la gracia que es en Cristo Jesús. Aceptando a Cristo, el hombre queda reconciliado con Dios, justificado mediante su sangre de los pecados del pasado, y salvado del poder del pecado mediante su vida inmanente.17 Sique a la sección acabada de citar esta declaración: Así es como el evangelio se convierte en el 'poder de Dios para salvación - . .' Esta experiencia se efectúa mediante la divina agencia del Espíritu Santo . . - El honor y el mérito de esta maravi//osa transformación pertenecen totalmente a Cristo.18 Dado que el Dr. Froom fue uno de los autores de Questions on Doctrine, no es una sorpresa encontrarlo hablando de "justificación inicial" en el libro que escribiera más tarde, Movement of Destíny. ~ Indudablemente el Dr. Froom tenía la firme convicción de que todo el asunto de la relación que sosten ian los adventistas con las "verdades eternas" debía ponerse en orden. Con su acostumbrada minuciosidad documentó la gran deficiencia del movimiento en esta área en el período previo a 1888,20 creyendo obviamente que la rectificación en Questions on Doctrine honraría finalmente el mensaje de 1888 en el adventismo. Por consiguiente, en LeRoy Edwin Froom tenemos un retorno al énfasis católico de 1888. Sin embargo, a la vez que este retorno no debe subestimarse en lo que corresponde a su significado para el movimiento adventista, puede que el Dr. Froom no percibiera claramente que es posible ser "católico" y seguir siendo a la vez un "católico romano" en la soteriología. Questionson Doctrine esclareció la posición de los adventistas a como cristianos en los ojos de muchos que hasta este punto estaban algo dudosos. Pero en términos de cualquier avance real en la teología del evangelio de la Reforma, su significado fue limitado. Al paso que la "catolización" del movimiento dejó en claro que los adventistas eran cristianos, no aclaró que eran cristianos parados en la valiosa línea de la Reforma, en vez de en la tradición católico romana. Questions on Doctrine hizo poco por sustanciar la afirmación adventista de ser herederos especiales de los reformadores. Sin embargo, y aparentemente, el Dr. Froom no se percató de esto. La insuficiencia soteriológica de Questions on Doctrine conp cerniente a la justicia por la fe se refleja en otras áreas del penodo. Con todas las buenas intenciones que haya habido en la producción del libro Aflame for God, el mismo no hace nada por enaltecer al adventismo como un gran exponente de la justificación por la fe. Habla mucho de la necesidad de predicar el mensaje, pero rara vez puede uno encontrar un pasaje que procure siquiera delinear lo que es el mensaje. La contribución de Ernesto Dick en "The Heart of Qur Message" (El corazón de nuestro mensaje),21 mencionado al comienzo de este capítulo, es un caso que nos sirve de ejemplo. iDick dice que el mensaje del movimiento adventista es ". . - la justificación por la fe - . . la santificación por la fe . . . la glorificación por la fe ello juntamente - . . es justicia por la fe"! 22 La perspectiva de la justificación como de utilidad sólo para los pecados del pasado quedó claramente señalada, por ejemplo, por el Comité Ejecutivo de la División Australasiana de los Adventistas del Séptimo Día en 1959. Leemos: Frecuentemente se habla de la experiencia de la justificación como de justicia imputada. La justificación o la justicia imputada trata sólo del pasado. La santificación o justicia impartida trata sólo del presente y con e/ futuro. La justificación es el método de Dios para tratar de /a vida pasada de pecados del hombre.23 Asimismo, en Through Crisis to Victory, A. V. Olson muestra que no entiende la doctrina paulina (o de la Reforma) cuando cita la posición de G. 1. Butíer-posición obviamente en disparidad con la de la Reforma-para probar que éste creía en la justicia por la fe.24 Olson cita, además, los comentarios de J. H. Waggoner en Romanos 3:21 para mostrar que éste también creía verdaderamente en la justicia por la fe. En su comentario, Waggoner dice que la justicia de Dios significa sus propios atributos, la revelación de su voluntad y, "en tercer lugar, . . . la justicia de sus santos, cuyos caracteres son hechos conforme a su voluntad. En este sentido último es como se utiliza [la expresión] en 2 Corintios 5:21, 'para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él' . . "25 Estas antiguas declaraciones adven tistas, citadas con aprobación por Olson, son contrarias a la r el posición del verdadero protestantismo, sin embargo, son expre3ro- siones bastante buenas del romanismo clásico. W. H. Branson, en su Drama of the Ages revela su creencia de zón que la aceptación en el juicio final descansa sobre la base de la ley obrada por el creyente. Pero dado que la ley existe, sirve como testigo de la justicia de aquellos que, mediante el poder del Cristo que habita en ellos, cumplen con sus requerimientos. Es decir, cuando un hombre quebranta siquiera uno de los más pequeños ara de los mandamientos y enseña a otros que no es necesario que guarden la ley moral, Dios y los santos ángeles del cielo tienen a ese hombre como el más pequeño entre los pueblos de la tierra. Este queda confirmado en el pecado. Pero cuando un hombre los guarda, todos ellos, y enseña a otros la importancia de esta obligación, la hueste celestial lo mira con aprobación. Es llamado "grande" en el reino de los cielos. Esta será la base de la decidel sión en el juicio final. "El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus man-vida damientos; porque este es el todo del hombre" Ec. 12:13. Un cristiano que por medio de la fe en Jesucristo haya guardado fielmente los requerimientos de la ley quedará absuelto; no hay condenación por cuanto la ley no halla faltas en él.26 El Dr. Eduardo Heppenstall presentó en la significativa conferencia bíblica convocada por la iglesia en 195227 un docu mento llamado "Los pactos y la ley".28 Aquí él ve la justicia bién por la fe como justificación y santificación; pero mayormente hrio, como la última: El otro método de lograr la armonía entre el hombre y la ley es cambianjU5 do la naturaleza pecaminosa del hombre, de suerte tal que llegue a estar su nuevamente de acuerdo con la ley divina. Existe sólo un método por el cual reesto puede hacerse. Ese es el método de la gracia gratuita, o de la justicia por la fe. Por lo tanto, si dependemos del poder de Dios, el método es uno de gracia.29 Para el Dr. Heppenstall, "el evangelio obra santidad en el hombre". Es lo que Dios hace en el alma.30 Heppenstall ve el contraste entre la letra y el espíritu como un contraste entre "la justicia por las obras" y la "justicia por la fe".31 A pesar de toda su estatura (dentro y fuera del adventismo), el Dr. Froom concuerda con la enseñanza del adventismo tradicional cuando afirma que la aceptación en el juicio se basa, al menos en parte, sobre la obediencia interna del creyente (obrada, por supuesto, por Cristo en él>: 4. La perfecta obediencia y justicia de Cristo. - Una obediencia meticul osa e intensiva de la ley moral jamás producirá la justicia requerida en nosotros, sin la cual nadie podrá permanecer en la presencia de un Dios santo. Es únicamente la perfecta obediencia y la justicia inmaculada de Cristo -como Dios-hombre-tanto imputada como impartida a nosotros, lo que dará satisfacción a las demandas de la sagrada ley y a los requerimientos de un Dios Santo 32 A pesar de que, en la década de los 50, Questions on Doctrine dio un giro hacia el verdadero catolicismo de los reformadores, la comunidad adventista no corrigió el fracaso de los años previos de su historia para hacer válida su reclamación de ser los herederos especiales del evangelio de la Reforma. Esto lo indicó más la presencia del perfeccionismo en la era de 50. El perfeccionismo puede hallarse en más de uno de los autores de Qur Firm FoundatíonA3 W. H. Branson aborda el tema de la justicia imputada y la impartida,34 En la primera parece ser bastante protestante. Pero cuando prosigue a la discusión de la segunda se muestra a sí mismo como uno en desacuerdo con el pensamiento de la Reforma. Siguiendo la dirección fundamental que el movimiento adoptó desde 1888 en adelante, Branson ve las demandas de la ley como alcanzables por el Cristo interior: Y, ¿cuál ha de ser el resultado de la presencia permanente de Cristo en el corazón humano y en la vida? El ha de obrar en nosotros, haciendo la so- voluntad de Dios a través de nosotros, "porque Dios es el que en vosotros ~to. obra", Fil. 2:13. Mediante la vida y la obra de Cristo en nosotros seremos ¡sto "llenos de toda la plenitud de Dios" Ef. 3:19.~~ En nuestra breve evaluación teológica de los dos períodos previos mencionamos que la relación entre el Cristo inmanente y el creyente siempre es (sospechosamente) ambigua. He aquí un ejemplo clásico de parte de Branson: El es capaz de hacerlo "mucho más abundantemente". Nosotros no podemas hacer nada, pero él es poderoso para salvar. Su omnipotencia está unida a nuestra humanidad, y nuestro éxito en producir una justicia está en armonía con "la potencia que obra en nosotros". Dado que ahora tal poder es Cristo, nuestras vidas reflejarán sus virtudes y belleza. El es capaz.36 ¿Quiere decir esto que tenemos un Cristo pecaminoso, o un impecable? 37Branson es explícito: Luego, para nosotros la perfección es posible. El Dios que demostró de poder levantando a Jesús de entre los muertos puede también hacerlo a usted perfecto-perfecto en toda buena obra para hacer su buena voluntad. ¿Cómo se lleva esto a cabo? Es mediante Cristo obrando en nosotros. El hace en nosotros, y mediante nosotros, las cosas que son bien agradables a la vista de Dios. Así es como recibimos su justicia. Y, con todo, no viene por nuestras propias obras sino mediante lo que él hace por nosotros y a través de nosotros.38 Una Transformación Esta experiencia trae una total transformación de la vida. Llegamos a ser participes de la naturaleza divina, y las virtudes de Cristo reemplazan las obras de la carne.39 Más adelante, en la misma obra, Branson delinea su lógica: "Mientras Cristo permanece en control absoluto, no se comete pecado, dado que él no es pecador."40 J. H. Jemison, en la misma obra, Qur Firm Foundation,41 desarrolla en un estilo muy explícito, el concepto de M. L. Andreasen de que la generación final igualará al Salvador en impecabilidad de carácter.42 Aunque no entraremos en una exposición de la posición de Eduardo Heppenstall en su contribución a la obra Qur Firm Foundation bajo "Los pactos y la ley",43 es importante notar que parece estar en armonía con el perfeccionismo de Branson y de Jemison. Llamamos la atención a esto debido a que el Dr. ros. El Heppenstall surge con una posición anti-perfeccionista en la próxima década. Aún más, es interesante notar otro defensor del perfeccionismo en la década de los 50-La Comisión de Literatura de Defensa de la Asociación General.44 (Decimos "interesante" porque más tarde la Comisión cambió su posición completamente y publicó en los años 60 un material anti-perfeccionista contra el "Despertar"). La Comisión reproduce, aprobando así, unos párrafos que aparecen en una carta recibida "reciente mente de parte del Pastor A. W. Spalding, uno de nuestros más viejos hermanos, experimentado y altamente honrado. . ." Un párrafo lee como sigue: Está claro que esta experiencia [de perfección] no vendrá a nosotros como pueblo, y ¿quién puede reclamar verla en sí mismo o en cualquier otro individuo? De hecho, este estado de perfección no vendrá mientras este mos mirando ya sea a nosotros o a otros hombres. Viene solamente al que tiene sus ojos fijos en Cristo, al que se olvida del yo, quien está completa mente vacío del yo y quien está lleno de Cristo. "Cristo en vosotros la esperanza de gloria."45 La Agitación de Brinsmead: Una Búsqueda del Modo de Estar Firme en el Juicio Venidero En muchos aspectos, la lucha espiritual de Roberto D. Brinsmead y de sus partidarios, fue el microcosmos de la lucha macrocósmica del adventismo del séptimo día hoy. Por lo tanto, una investigación de la "agitación de Brinsmead" proveerá un de trasfondo importante para lo que ya se ha dicho respecto de los dos períodos pasados y lo que se ha de decir acerca de la teología adventista del evangelio en la era moderna. Primeramente necesitamos echar una mirada a algunos rasgos peculiares de escatología adventista. Al igual que muchos movi evangélicos pre-milenaristas, los adventistas creen que la gran tribulación precederá a la segunda venida visible de Cristo. Ellos llaman a este periodo "el tiempo de angustia"-tiempo que infunde justamente tanto temor, o quizá más aún, que la tribulación venidera esperada por otros evangélicos. Los adventistas creen que esto comenzará al cierre del tiempo de prueba humano, o al final del tiempo de gracia, cuando ya no habrá intercesión en el santuario celestial-ni siquiera para los santos. Mientras muchos premilenaristas creen que el pueblo de Dios será arrebatado de este mundo antes de la tribulación, los adventistas creen que los santos tendrán que vivir a través de ese tiempo terrible. En vez de tener un rapto pre-tribulación, habrá un juicio especial preadvenimiento de todo el profeso pueblo de Dios, y en ese "juicio investigador" se colocará sobre los fieles una "marca" o "sello" de protección. Así como otros premilenaristas esperan un rapto secreto que sacará a los santos de este mundo en cualquier momento, los adventistas esperan un juicio final en el cielo que sellará en cualquier momento a los justos para el tiempo de angustia. Ellos creen que es su comisión especial proclamar por doquiera, que esta"horade su juicio es venida" (Ap. 14:7). Así como predican la venida de Cristo literal, en poder y gloria, ven como su obra mayor preparar un pueblo que se mantenga en pie en este juicio y en la tribulación venidera, cuando Cristo no abogará ya más con su sangre en favor de los pecadores. Como francamente lo admite Norval Pease, el énfasis soteriológico adventista recae sobre la santificación y la justicia impartida más bien que sobre la justificación y la justicia imputada. 46 Nuestra investigación de la literatura adventista de los dos períodos previos confirma como verdad lo que dice Pease. Y según ya notamos, ha habido una corriente muy fuerte de perfeccionismo corriendo a lo largo del movimiento. Se ha creído generalmente que si uno ha de pasar por el tiempo de angustia deberá estar sellado-y sólo los que logren alcanzar un estado de perfección moral y espiritual quedarán sellados.47 Es cierto que los adventistas han hablado de salvación por gracia y por medio de la justicia de Cristo, pero generalmente esto ha significado tener la gracia inmanente de Cristo a fin de poder guardar la ley lo suficientemente bien como para afrontar el escrutinio del juicio teniendo la ¡usticia inmanente de Cristo (es decir, la santificación). Se ha visto la justificación sólo como el paso inicial tomado por el creyente en el inicio de la vida cristiana. La justi -ficación hace a uno meramente candidato para el "sello", pero este logro supremo depende de que se llegue a estar lo suficientemente santificado como para salir absuelto en el terrible tribunal de Dios. Como ejemplo de este énfasis sólo tenemos que recordar la enseñanza de Branson citada cerca del final de la sección previa de este capítulo. Branson es ejemplo típico de los adventistas que han enseñado que Cristo en ellos puede guardar la ley tan perfectamente como lo hizo Cristo hace dos mil años, si tan sólo los creyentes "se lo permiten". La doctrina del pecado original brilla por su ausencia, especialmente mientras se ha apelado a un enfoque simplista del poder de Cristo para hacer "todas las cosas". Fue para 1955 que un joven agricultor australiano, Roberto Brinsmead, decidió ir al Colegio de Avondale para estudiar teología. El tomó en serio todo lo que su iglesia decía acerca de alistarse para el juicio, para el tiempo de angustia, y la venida del Señor. Para él, el asunto de "cómo pasar el juicio" era un asunto candente.48 Brinsmead estaba un tanto perturbado por el conocimiento del pecado original, en forma similar a como lo estuvo Martín Lutero en el siglo dieciséis. En "Un análisis del mensaje de Despertar" anota estos comentarios: Años atrás, en las décadas 50-60, llegué a la firme convicción de que esta perspectiva general de alcanzar la perfección era imposible y yana, fuese que uno mirase a ciertas declaraciones de la inspiración, o a la historia o a la experiencia. Debido a esta doctrina, que se enseñaba cuando yo asistía al colegio en 1955, muy pocas de las personas que yo interrogaba tenían una esperanza real de estar listas para pasar el escrutinio del cercano juicio de los vivos. No es una exageración decir que la mayoría de esta gente vivía con verdadero miedo y pavor al juicio, no teniendo forma alguna de prepararse para este evento excepto la de "tratar más fervientemente, con la gracia de Dios" y esperar que tal juicio no viniera tan pronto.49 Brinsmead no podía hallar gran solaz en el optimismo y cándidas respuestas de aquellos a quienes recurrió para obtener consejo. Sin embargo, en aquel tiempo le faltaba la pericia teológica necesaria para articular el problema del pecado original. El habló de las "cicatrices del pecado" y del "registro del pecado" y más adelante, añadiéndole unas gotitas de terminología freudiana, habló del "pecado subconsciente". Como ya fuera indicado, Brinsmead pudo hallar muy poca ayuda dentro de la teología adventista sobre el tema del pecado original. Nuestra investigación de la teología del adventismo revela que, aparte de algunas referencias ocasionales de la Sra. White,50 el tema del pecado original ha estado casi totalmente ausente. Por lo tanto, Brinsmead se volvió a los reformadores para obtener consejo y dirección. Parece que Brinsmead fue el primero dentro del adventismo que desarrolló y presentó la doctrina del pecado original en forma sistemática.51 Queda claro de sus escritos que el problema antropológico cobró magnitud en su pensamiento. No hay duda de que este problema antropológico se magnificó por la enseñanza adventista del juicio inminente, la tribulación y la venida de Cristo. La respuesta de Brinsmead al problema del pecado original llegó a denominarse como el "mensaje del Despertar"-agitación intra-eclesiástica que perturbó al adventismo durante la década de los 60. Si examinamos la respuesta de Brinsmead, resulta ser una curiosa combinación del protestantismo de la Reforma y del entendimiento adventista del juicio pre-advenimiento. El elemento del protestantismo de la Reforma fue la doctrina de la justificación, en tanto que el elemento adventista era la idea de que Dios perfeccionar¡'a a la generación final de los santos antes del advenimiento de Cristo. Las obras de Brinsmead muestran un esfuerzo monumental por armonizar estas dos corrientes de pensamiento; por resolver la imposible tensión entre la perspectiva de la Reforma sobre la justicia por la fe y el perfeccionismo adventista.52 Su teología no era un círculo con un punto focal, sino una el¡pse con dos puntos focales-la justificación al estilo protestante y una segunda experiencia de perfección al estilo Wesley-adventista. El percatarse del pecado original hizo que Brinsmead rechazara toda la idea de alcanzar un estado de perfección a fin de quedar listo para el juicio. Aquí tenemos un claro avance desde la perspectiva de la santificación, que hemos hallado hasta este punto mediante nuestra investigación. Para Brinsmead, ninguna cantidad de gracia interna o de "justicia impartida" podría preparar a uno para resistir el juicio. Sólo Cristo tenía suficiente justicia para pasar el juicio final, y, decía Brinsmead, él está en el juicio como Representante del creyente. Brinsmead lo expresó asi: La idea de venir al juicio con la necesidad de misericordia o, muy especialmente, de que hombres arrepentidos, y todavía pecadores, pudiesen entrar confiada y alegremente, por la fe, al juicio en la Justicia de un Sustituto, era un pensamiento nuevo para muchos. Más que esto, eran las más dulces y gozosas nuevas que muchos hubiesen oído. Ni el tiempo ni las circunstancias, ni las limitaciones de conclusiones erróneas, pueden borrar la memoria de almas que sollozaban de gran gozo a causa de la simple revelación de que Cristo es nuestra justicia en el juicio; que este juicio es para nosotros; que la puerta está abierta, y que, mirando a Cristo, podemos decir, ..... todo está prevenido; venid a las bodas" ~ Brinsmead prosigue insinuando, con palabras que nos recuerdan vagamente a Niebuhr, que este descubrimiento era un modo muy nuevo dentro del adventismo y un modo que parecía negar el poder de Dios para hacer justo al creyente: Por lo tanto, nosotros rechazamos totalmente cualquier perfeccionismo aquí y ahora. Entendimos claramente que esto era imposible dentro del tiempo de la vida probatoria del creyente, excepto en Cristo Jesús (véase, Testimonies, vol. 4, pág. 367>. A muchos les pareció que estábamos negando el poder del evangelio de hacernos perfectos ahora, y, en las palabras de un crítico, algunos hablaron en forma burlona de nuestra yana esperanza de entrar al juicio "en el bolsillo de la rectitud personal de Cristo".54 En vez de mirar sólo con miedo y temor hacia el juicio inminente, Brinsmead enseñó que uno debía anticiparlo con grande gozo y alegría. Los creyentes debían decir junto con Lutero: "Oh, feliz día del Juicio." Las siguientes estrofas de un himno del Despertar resumen el pensamiento de Brinsmead: Cristo está por míen el juicio, mis pecados lleva en sí, El cordero ensangrentado, intercede aún por mí. Cristo está por míen el juicio Nada tengo que ofrecer, Pero en él mi todo encuentro, Su justicia es mi poder.55 El otro elemento en la teología de Brinsmead era el perfeccionismo. Debe recordarse que los seguidores del Despertar habían rechazado el perfeccionismo en el aquí-y-ahora. Sin embargo, para este tiempo Brinsmead estaba demasiado impregnado del concepto de Andreasen, tocante a la generación final, como para negar que los que vivan durante el "tiempo de angustia" estarían del todo sin pecado. En las propias palabras de Brinsmead: Con todo, en aquel tiempo, no rechazamos, ni podíamos rechazar, la idea tradicional adventista de ser impecables a fin de poder vivir sin la mediación de Cristo después del cierre del tiempo de gracia. En lo que a nosotros concernía, esta idea todavía seguía siendo "Adventismo fundamental". Concluimos luego, que esta experiencia final "inalcanzable~~ seria un regalo de la misericordia gratuita de nuestro Juez, es decir, que la obra sería llevada a cabo en el pueblo de Dios mediante la "expiación final" y la lluvia tardía.56 Tal como lo indicamos aquí, la contribución peculiar hecha por Brinsmead era la de ver a los que pertenecían a la generación final como teniendo el pecado original erradicado de ellos en el juicio pre-advenimiento. En otras palabras, lo que el protestantismo ortodoxo veía que se llevaba a cabo en ocasión del segun do advenimiento de Cristo, Brinsmead lo vio como que se llevaba a cabo en el juicio que precede al advenimiento según la escatología adventista. Pese a todo cuanto dijo de la toda suficiencia de Cristo, todavía mantenía que después del juicio preadvenimiento y pre-tribulación, el perfeccionismo sería una realidad. Distintamente de Wesley, que dejó su "segunda bendición" colgando de un "ninguna parte" o de un "alguna vez" místicos, Brinsmead ató la perfección a un evento escatológico inminente. En toda la teología de Brinsmead previa a 1970 están presentes los dos elementos de justificación y perfección.57 i Realmente son extraños compañeros de casal En el contexto de la Reforma, el primero demanda que el segundo quede excluido, y el segundo es hostil al primero porque no tiene lugar para el simul ¡ustus etpeccator (justo y pecador a una misma vez) de la Reforma. Antes de 1970 Brinsmead intentó sostener juntamente al "protestantismo histórico" y lo que él veía como "adventismo histórico". Algunas reproducciones excelentes de la teología de la Reforma quedan viciadas, en sus publicaciones, por un perfeccionismo escatológico inconsistente. A pesar de la oposición de los líderes de la iglesia a la teología de Brinsmead, parece que él hizo una contribución duradera dentro del adventismo.58 Surgió entonces un pequeño grupo de eruditos adventistas que reconocieron el problema del pecado original y dijeron que éste permanecía hasta la venida de Cristo.59 Estos eruditos se opusieron al nuevo enfoque de Brinsmead sobre el perfeccionismo a la misma vez que éste se oponía al perfeccionismo tradicional de hombres como VV. H. la Branson. Sin embargo, a pesar de la contribución de Brinsmead, la agitación se tomó tensa y un tanto beligerante. Alrededor de todo el mundo a la gente que mostraba alguna simpatía hacia el mensaje del Despertar se los deponía de sus posiciones y/o se los removía de la membresía de la iglesia.60 La situación fue algo similar a la de 1888. Los que rechazaron a E. J. Waggoner A. T. Jones rechazaron un énfasis que pudo muy bien haber ayudado a las generaciones futuras para hacer válido su reclamo de ser los herederos especiales del evangelio de la Reforma. Igualmente sucedió con Brinsmead. El estaba Y entonando una nota elevada en la teología de la Reforma-la el nota de la suficiencia del obrar y del morir de Cristo como el la Representante del hombre-una nota que Waggoner y Jones habían entonado. Con todo, Brinsmead tuvo que salir de la Iglesia Adventista y esto hizo mucho más difícil para los que permanecieron leales a su denominación dirigir una mirada objetiva a su énfasis reformado. Brinsmead completa su peregrinaje hasta Lutero y Calvino En 1970, Brinsmead emprendió una investigación intensiva de lateologíade los reformadores. No sólo leyó a los reformadores, sino que también hizo un estudio de la teología católica. Por vez primera llegó a entender la diferencia real entre la Reforma y la Iglesia Católica Romana. Se sorprendió al aprender que los católicos romanos no enseñaban una escueta doctrina de salvación mediante el mérito humano. Las "Disertaciones sobre Gálatas" de Lutero le enseñaron a Brinsmeadel significado de la justicia por la fe según la Reforma como justificación sola. Hasta este punto, había pensado que la justicia por la fe significaba justicia imputada e impartida. Por consiguiente, su perfeccionismo escatológico era el final (bien que por gracia) de un proceso gradual de santificación. Pero ahora aprendió el concepto de los reformadores tocante a la justicia por la fe. Vio que la justicia por la fe y la impecabilidad en el creyente se excluían mutuamente. Antes de esto, ninguno de los críticos de Brinsmead (ni siquiera Heppenstall, Ford o LaRondelle) habían sido capaces de conmover su perfeccionismo escatológico, porque ellos también veían a la justicia por la fe como ambas cosas: justificación y santificación. Pero ahora Brinsmead se enfrentaba a una seria decisión. Había llegado al punto donde podía ver que el sola fide (fe sola) de la Reforma estaba opuesto al perfeccionismo ontológico en el proceso histórico, aunque fuera 4ste el perfeccionismode la generación final. Un elemento o el otro tenía que eliminarse. Brinsmead entregó su perfeccionismo y se quedó con el so/a fide de los reformadores. Un estudio de la teología de Brinsmead a partir de su nuevo giro revela un antagonismo apasionado hacia el gratia infusa (gracia infusa) medieval y contra todas las formas de perfeccionismo. En 1971 abortó aparentemente un intento de reconciliación con los líderes de la Iglesia Adventista y Brinsmead dedicó su atención a la edición de la revista Present Truth (Pregonero de Justicia,en español), donde ha articulado durante los últimos nueve años su descubrimiento de la teología de la Reforma. Es el Brinsmead de Present Truth el que ahora hace entrar a la Iglesia Adventista en un diálogo teológico-diálogo que concierne a aquello que es lo más fiel al cometido del movimiento en el mundo. La teología del adventismo del séptimo día durante las décadas de los años 60 y 70, especialmente (aunque no exclusivamente) en la Reviewand Herald (La Revista Adventista, versión hispana), ha sido una teología en diálogo con Brinsmead fuera de la iglesia y con sus partidarios dentro de la iglesia. Es a este diálogo a lo que ahora debemos dedicar nuestra atencion. 1. Este título "Frente a un comienzo favorable" fue tomado de Aflarne for God (Encendidos para Dios), presentaciones y discusión de panel de la pre-sesión del Concilio de la Asociación Ministerial de los Adventistas del Séptimo Día, año 1950. Miles de líderes adventistas y ministros de alrededor de todo el mundo se reunieron en San Francisco, Ca. en 1950 para la sesión de la Conferencia General de la Iglesia. La Asociación Ministerial condujo una pre-sesión que trató el tema de "la predicación Cristo-céntrica". 2. Véase nota 1, anterior. 3. A llame for God, págs. 81-88. 4. Ibid., pág. 82. 5. Ibid., pág. 85. 6. Ibid. 7. Ibid., pág. 86. Enfasis nuestro. 8. Este comentario de Wieland (hallado también en sus escritos subsiguientes) refleja un sentir-compartido por no pocos adventistas-de sospecha hacia el protestantismo evangélico moderno. Aceptando el hecho de que gran parte del protestantismo moderno merece crítica, no obstante, el Sr. Wieland tiende a considerar como sospechoso a todo el protestantismo. 9. Los hechos históricos no darían apoyo a la coartada de Froom. Antes de 1950 casi todos los autores adventistas enseñaron una naturaleza pecaminosa en Cristo y su obra de expiación como incompleta. 10. De aquí en adelante Questions Qn Doctrine. 11. Por ejemplo, M. L. Andreasen en sus Letters of the Churches, se opuso a Questions on Doctrine en los aspectos de la encarnación y de la expiación. Compárese con el artículo de Roy Alían Anderson "Humano no carnal" en The Min¡stry, sept. 1956, págs. 14-15. Compárese también con el libro de Francis D. Nichol, Answers to Objections (Respuestas a objeciones>,en lo que toca a la doctrina de la expiación desde 1888 hasta la era de 1950. 12. Esta obra es una compliación de artículos por Donald Grey Barnhouse y Walter Martin, los cuales aparecieron en la revista Etern¡ty (Eternidad), y de otros artículos de E. Schuyler English y Walter Martin que aparecieron en la revista Qur Hope . También existe el registro de una conversación entre Barnhouse y A. L. Hudson "concerniente a la relación entre los editores de la revista Eternity y la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día" , ibid., abril 28, 1958. pág. 14; a "Adventists and Others" (Los adventistas y otros), en "Eutychus and His Km", ibid., mayo 12, 1958, pág. 23; a "Adventist Avalanche" (Alud adventista), en "Eutychus and His Km", ibid mayo26 de 1958, pág. 16; a Frank H. Yost en "A Seventh-day Adventist Speaks Back" (Un adventista responde), ibid., julio21 de 1958, págs. 15-18; a "First Day of the Week" (Primer día de la semana) en "Eutychus and His Km", ibid., julio 21 de 1958, págs. 25-26; a Heriberto S. Bird en "Reply to an Adventist" (Contestación a un adventista), ibid., 18 de agosto, 1958, págs. 24-25; a Frank A. Lawrence en "Exhaustive a Research" (Investigación exhaustiva), reseña del libro de Martin, The Truth About Seventh-day Adventism (La verdad respecto al adventismo del séptimo día), ibid., 4 de julio de 1960, pág. 36; a Walter Martin en "Questions on Doctrine: ACleft in Seventh-day Adventism? " (Questions on Doctrine: ¿Una grieta en el adventismo del séptimo día? ), editorial, ibid., 19 de dic. 1960, pág. 24; a Francis D. Nichol, "On the Fringe" (En el borde) -escrito por Nichol, editor de la ReviewandHera/d refiriéndose al libro de Martin-, y la respuesta de Martin a Nichol, ibid., 30 de enero, 1961, pág. 16; a Francis D. Nichol, en "Reminder to Rejoinder", ibid., 13 de marzo de 1961, pág. 19-20; a "Adventist Literature" (Literatura adventista), ibid., marzo 26, 1961, pág. 38; a Walter Martin en "Years Tao Late" (Años muy tarde), reseña del libro de Heriberto 5. Bird, Theology of Seventh-day Adventism (Theología del adventismo del séptimo día), ibid., marzo 2, 1962 (El punto de Martin es que Bird no investigó la literatura adventistacontemporánea,de otra manera habría comprendido que los adventistas habían purgado las aberraciones cristológicas por las que Bird les levantócargos);a Haroldo Lindsell en "The Best Four-in-One" (El mejor cuatroen-uno), reseña del libro de Hoekema, Four Major Cults, ibid., enero 31 de 1964 (Lindsell critica al libro, que en otros aspectos es excelente, porque no toma en cuenta a los "hermanos Brinsmead" y la agitación del Despertar que habrá de tratarse más adelante en este libro; a A. J. Escobar (un adventista) en "Eschatology-Great Divider" (Escatología-El gran divisor), ibid., marzo 27, 1964, pág. 21. 14. Véase especialmente a "Questions about Christ" y a "Questions on Christ and His Ministry in the Sanctuary", Questions on Doctrine, págs. 33-86, 339-445. Véanse tambien los apendices en las páginas 64 1-692 para las citas de Elena G. de White en asuntos controversiales entre los evangélicos y los adventistas. 15. La naturaleza humana de Cristo y la naturaleza de la expiación fueron asuntos que no quedaron establecidos en 1888. 16. La diferencia entre Questions on Doctrine y la Reforma, en lo que toca a la gracia, puede verse en la siguiente nota hallada bajo el encabezamiento de "Bible Definition of Grace": "Esta es la gracia de Dios en su sentido peculiar del Nuevo Testamento. Es el amor de Dios ilimitado, todo abarcante y transformador hacia los hombres y mujeres pecaminosos; y las buenas nuevas de esta gracia, como se revela en Cristo Jesús, es el 'poder de Dios para salvación' (Ro. 1:16). No es meramente/a misericordia y disposición de perdonar por parte de Dios, sino un poder activo, enérgico y transformador para sa/var. Así que puede llenarse a una persona (Jn. 1:141, puede concederse (Ro. 12:3, 61, es todo-suficiente (2 Co. 12:9; compárase con Ro. 5:20), reina (Ro. 5:21), enseña (Tit. 2:11, 12), afirma el corazón (He. 13:9). En algunas ocasiones la 'gracia' casi parece ser equivalente a 'evangelio' (Col. 1:6) y al obrar general de Dios (Hch. 11:23; 1 P. 5:12)" (Questionson Doctrine, págs. 137-138). Enfasis nuestro. 17. "Fundamental Beliefs of Seventh-day Adventists" (Creencias fundamentales de los adventistas del séptimo día>, Questions on Doctrine, pág. 13. Enfasis nuestro. 18. Ibid., énfasis nuestro. 19. Froom, Movement of Destiny, pág. 650. 20. Véase ibid., págs. 148-1 87. Sin embargo véanse las págs. 526, 530 para encontrar allí la aprobación del libro The Glad Tidings y demás libros de Waggoner. 21. Aflame for God, págs. 81-88. 22. Ibid., pág. 84. 23. Comité Ejecutivo de la División Australasiana, Righteousness by Faith (Justicia por la fe), págs. 7. 8. Enfasis nuestro. 24. Olson, Through Crisis to Victory, págs. 45-47. 25. La sección que Olson cita es la de la Review and Herald del 23 de sept. de 1884, págs. 616-61 7. 26. Drama of the Ages (El drama de los siglos), de Branson, pág. 308. ~aith 27. Reportado en Qur Firm Foundation. 28. Eduardo Heppenstall, "The Covenants and the Law" en Our Firm Foundation, 1:435-492. Véanse págs. 464, 484, 489. 29. Ibid., pág. 464. Este es el punto de vista agustiniano de la gracia y no el protestante. 30. "La ley y el evangelio llegan a ser tan inseparables como lo son la luz y el calor en el sol. Dios demanda de los hombres santidad. El evangelio obra en los hombres santidad. En tanto que la ley permanezca escrita meramenteen piedra, los hombres encontrarán difícil obedecer el mandamiento. Mientras el corazón sea de piedra, el mandamiento parece de piedra" (ibid., pág 484>. 31. "En tercer lugar, el hecho de que el Espíritu Santo escribe la ley de Dios en la mente y el corazón proclama en términos inequívocos que esta experiencia viene sólo por medios sobrenaturales y nunca por medios naturales. El asunto entre la ley y el Espíritu, entre la justicia por las obras y la justicia por la fe, es este: ¿Se salva el hombre a sí mismo o lo salva Dios? La unión de la ley y el evangelio en la vida es algo que Dios hace para el hombre y que el hombre no puede hacer por sí mismo" (ibid.l. "El mandamiento del sábado, más que ninguno de los otros, significa la unidad de la ley y el evangelio. Significa el descanso de la obra completada de Dios en el alma, el descanso de la justicia por la fe. Es al sábado del séptimo día a lo que se apela a todo lo largo de la historia de Israel como prueba de la obra del Espíritu mediante el pacto eterno" (pág. 4891. 32. Movement of Destiny, de Froom, pág. 670. 33. Qur Firm Foundation es un reportaje de la Conferencia Bíblica de los Adventistas del Séptimo Día, llevada a cabo desde el primero hasta el décimotercer día de septiembre de 1952, en la Iglesia Adventista del Sépce timo Día de Sligo en Takoma Park, Maryland, EE. UU. de N. A. 34. W. H. Branson, "The Lord Our Righteousness" (Jehová justicia nues~la tra> en Qur Firm Foundation, 2:573-618. 35. Ibid., pág. 594. 36. Ibid., énfasis del original. 37. iPor no levantar la pregunta de si tenemos aquí o no una nueva unión hipostátical 38. "The Lord Our Righteousness" de Branson en Qur Firm Foundation, 2:595. 39. Ibid., énfasis nuestro. 40. Ibid., pág. 597. Branson, al igual que todos los perfeccionistas (es decir, los que creen en una perfección en el aquí-y-ahora> no parece comprender el dilema que tal posición confronta. Si Cristo está en pleno control, y el creyente peca, entonces tal pecado debe atribuirse a Cristo; de otra forma, el pleno control que Cristo ejercita, según se dice, debe ser limitado. Esta es una de las debilidades básicas del perfeccionismo adventista previo a 1950, y del perfeccionismo del "movimiento de santidad" evangélico, del cual el adventismo ha sacado abundantemente. Esta misma debilidad es evidente en los escritos de Froom. Véase Leroy Edwin Froom, La venida del Consolador, págs. 144, 150. Véase además idem, en Movement of Destiny, págs. 320-322, donde Froom reconoce su deuda al movimiento de santidad. 41.J. H. Jemison en "The Companions of the Lamb" . 43. Véase la nota 28 anterior. 44. Véase la contestación de La Comisión de Literatura de Defensa a Roberto J. Wieland y a Donald K. Short, del 4 de diciembre de 1951 en el libro de Hudson,A Warningand/ts Reception, págs. 248-251. 45. Ibid., pág. 249. Compárese lo siguiente: ". . - como no hemos recibido la plenitud de Cristo, no hemos terminado, por consiguiente, la obra y llegado a la gloria" (pág. 250>. Compárese, además, con la pág. 251. 46. Solamente por Fe, de Pease, pág. 178. 47. Son legiones las publicaciones adventistas oficiales y extraoficiales que abogan por esto, tanto en el pasado como en el presente-por ejemplo, Gordon Collier, LeRoy Edwin Froom, W. H. Branson, y M. L. Andreasen. 48. Recordando sus días de colegio, Brinsmead dijo: "Recuerdo una ilustración que se daba en el colegio para demostrar la diferencia entre la justicia imputada y la impartida. El disertante colocaba un vaso en el escritorio frente a la clase. Entonces decía: 'Nosotros estamos como esto, pero necesitamos algo que nos cubra'. Entonces sacaba de su bolsillo un pañuelo blanco y limpio y cubría el vaso señalando que eso representaba la justificación, la justicia imputada de Cristo Jesús. Entonces decía: 'Mientras permanecemos bajo la cobertura de la justicia imputada de Cristo, él nos empieza a llenar con su justicia para la santificación, de modo que crecemos más y más a la semejanza de Cristo Jesús' ... Este querido anciano, entonces, levantaba el pañuelo y echaba una mirada al vaso, explicando: 'A medida que nos acercamos al fin del tiempo, al cierre de la prueba, Dios nos mira.' Y demostraba esto levantando el pañuelo mirando al vaso. Pero Dios decía 'Ah, no-todavía no están listos. No se pueden sostener sin justicia imputada en este tiempo; no tienen aún suficiente justicia impartida, les falta un poquito. . .permítaseles quedar con la justicia imputada un poco más de tiempo'. Así, Dios le daba a su pueblo un poquito más de tiempo. Finalmente ... él quitaba la cobertura, y Dios señalaba: 'Helos ahí. Iguales a mi Hijo!' Ahora bien, lo extraño de la ilustración era que el vaso estaba tan desnudo al final de la demostración como al principio. De hecho, el profesor estaba en realidad probando algo que no era su intención probar, y es que si usted toma al mejor santo que jamás haya vivido en la tierra y le quita la cobertura de Dios.. .los méritos de Cristo Jesús, . . .¿cómo queda? Como un laodicense- desnudo (Ap. 3:17>. Pero nosotros teníamos algunas dificultades con tal idea debido a que estábamos convencidos de que la hora del juicio de Dios había venido. . . En el lugar santísimo se hallaba la santa ley de Dios, que demandaba justicia ... más elevada que lo que el más elevado pensamiento humano puede alcanzar" (Roberto D. Brinsmead, "AII Things Are Ready" (Todo está dispuesto>, reportaje de un sermón dictado en diciembre de 1976>. 49. Roberto D. Brinsmead, "Un Análisis del Mensaje de Despertar", parte 1, Llamado al Santuario, vol. 4, no. 3, pág. 6. 50. Véase a Elena G. de White, en la Review and Herald de abril 16 de 1901; la de agosto 19 de 1890; la del 29 de noviembre de 1887; idem, Conducción de/niño, pág. 448; idem, Testimonies, 2:710; 3:343; 4:496; idem, Joyas de los testimonios, pág. 585; idem, MV Life Today, pág. 261; idem, El conflicto de los siglos, pág. 562. 51. Véase a Roberto D. Brinsmead en Sanctuary Institute Syllabus IV: Original Sin (4to compendio del instituto sobre el santuario: el pecado original>, págs. 5-47. La enseñanza de Brinsmead en esta sección de la publicación es tan bien fundamentada en lo concerniente al pecado original como cualquier otra que se presente en otra parte, incluyendo a Lutero y a Calvino. 52. Véase el Syllabus citado en la nota 51 anterior. 53. Brinsmead, "Un Análisis del Mensaje de Despertar", parte 1, pág. 6, Llamado al Santuario, vol. 4, no. 3. 54. Ibid. 55. Roberto A. McCurdy, Jr., "Cristo está por míen el juicio", Llamado al Santuario, vol. 2, no. 3, pág. 15. El original se encuentra en el himnario Awake and Singl (iDespertad y cantad! >, pág. 4. Compárese con The Open Door (La puerta abierta> de Roberto D. Brinsmead, págs. 4-5; idem, Tidings of Great Joy (Nuevas de gran gozo>, págs. 15-16. Nótese lo siguiente: " iCuántos intentan entrar a las bodas viviendo a la altura de todas las normas de la ley! Así se le roba a Cristo su gloria. Sólo hay un Hombre que puede pasar el juicio-el Hombre Cristo Jesús"(idem, Tidings of Great Joy, pág. 16>. 56. Brinsmead en "Un Análisis del Mensaje de Despertar", parte 1, Llamado a/Santuario, vol. 4, no. 3, págs. 6, 7. 57. En los comienzos de la década de los 60, Brinsmead confundía a la justificación con la regeneración en el momento de la conversión del pecador. Pero su concepto reformado del pecado original lo indujo a articular una enseñanza clara de cómo el creyente es aceptado en el juicio. Enseñó que esto se efectuaría únicamente por la justicia que intercede a su favor en la presencia de Dios. Este fue el aspecto válido y vital de la contribución de Brinsmead. 58. La teología de Brinsmead ha sido tenida como una amenaza a la "integridad de la denominación". Algunos han atacado a Brinsmead porque, a sus ojos, él estaba limitando el poder de Dios para santificar ontológicamente a su pueblo. 59. Tales eruditos fueron: El Dr. Eduardo Heppenstall, el Dr. Desmond Ford y el Dr. Hans K. LaRondelle. Ya hicimos anteriormente referencia a la disertación doctoral de LaRondelle, tocante al perfeccionismo, bajo la tutela del erudito reformado G. C. Berkouwer, en Amsterdam (véase el cap. 1, nota 16>. 60. A. L. Hudson sin duda estaba en lo correcto cuando dijo que "el conflicto desagradable fue causado por la naturaleza pecaminosa de los que propugnaban el asunto y la naturaleza pecaminosa de los que se oponían al asunto". En 1969, Brinsmead escribió: "Sería excesivamente ingenuo o irrealista imaginarse que nuestros descubrimientos fueron dados a conocer en perfecto tacto. Desafortunadamente, los oficiales de la iglesia no contemplaron nuestras actividades con el menor grado de indulgencia benigna. La oposición era justamente tan vivaz y entusiasta como la agitación del mensaje de Despertar." (Roberto D. Brinsmead, The Timing of Revelation 18 and the Perfecting of the Saints. An Answer to Dr. Desmond Ford and Pastor L C. Naden (El tiempo de apocalipsis 18 y el perfeccionamiento de los santos. Una respuesta al Dr. Desmond Ford y al Pastor L. C. Naden>, pág. 34.